En otro grosero acto de violación a la soberanía de la República de Annobón, el régimen ocupacional de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo designó al desconocido ecuatoguineano Manuel Esono Nsuga como nuevo responsable de la isla, lo que ha generado una creciente indignación entre la población annobonesa.
En un intento por mantener el control sobre este territorio que se ha mantenido históricamente aislado e incomunicado, Obiang ha designado al desconocido Esono Nsuga para sustituir al cuestionado Faustino Edu Michá, quien, tras llevar adelante la tarea sucia encomendada por el dictador, fue premiado como secretario de Estado en el ministerio del Interior y Administración Local. Sin embargo, la población de Annobón rechaza de manera tajante este nombramiento, al considerarlo una imposición ilegítima que socava la soberanía del pueblo de Annobón.
Es importante destacar que Annobón, un territorio insular con una identidad propia, ha vivido una situación humanitaria alarmante durante décadas o, más bien, durante centenios. Aislada geográficamente y con escasos recursos, la isla ha sufrido de la falta de infraestructuras básicas, acceso limitado a servicios de salud y educación, y un desprecio sistemático por parte del régimen de Obiang. El pueblo de Annobón, harto de ser tratado como una colonia de Guinea Ecuatorial, ha optado por un camino hacia su autodeterminación y ahora lucha por recuperar su dignidad y libertad.
El nombramiento de un nuevo “gobernador” por parte del régimen de Malabo constituye una clara violación de este derecho a la autodeterminación y una manifestación de la voluntad de seguir controlando y explotando los recursos de la isla sin tener en cuenta los intereses ni las aspiraciones de su pueblo. La designación de Esono Nsuga, un hombre ajeno a la isla e impuesto sin el consentimiento de la población, no hace más que profundizar la crisis política y humanitaria que vive Annobón.
En este momento crucial, la comunidad internacional debe prestar atención a la situación de Annobón, apoyando las legítimas aspiraciones del pueblo isleño y presionando por el fin de la opresión política y la negligencia humanitaria. La República de Annobón continúa su lucha por la independencia, mientras enfrenta la difícil tarea de superar décadas de aislamiento, abandono y violaciones a sus derechos fundamentales.