La reciente detención de un empresario español, en el marco de una investigación de corrupción de alto perfil, ha puesto en el centro de la atención internacional un escandaloso caso de fraude y corrupción relacionado con un proyecto industrial fantasma en la ocupada República de Annobón.
La operación, liderada por la Fiscalía Anticorrupción española y el Juzgado Central de Instrucción Nro. 2 de la Audiencia Nacional, ha desvelado una red de corrupción y blanqueo de capitales que sacude los cimientos de la cooperación internacional y la transparencia empresarial.
El caso se centra en Alberto Rey Núñez, un abogado y empresario gijonés vinculado a la empresa asturiana Pescados y Conservas del Norte (Pesconor), quien ha sido detenido bajo acusaciones de corrupción, blanqueo de capitales y falsedad documental. Rey Núñez, conocido por su estrecha relación con el régimen de Guinea Ecuatorial, está implicado en un contrato para la construcción de una granja de engorde de atún rojo salvaje en Annobón, un proyecto que nunca se concretó.
Según un informe conjunto de Moncloa.com y el periódico ecuatoguineano Diario Rombe, este contrato, valorado en 18,7 millones de euros, fue adjudicado en 2015 con la promesa de una infraestructura que debía estar operativa en 2017, pero que sigue siendo un proyecto fantasma.
«El contrato, firmado en 2019, asignó la construcción de la planta a Pesconor, presidida por Rey Núñez. Sin embargo, siete años después, no solo la infraestructura prometida nunca se materializó, sino que se ha desviado una parte considerable del dinero asignado», destaca el informe de Moncloa.com.
El contrato en cuestión no solo involucraba la construcción de la fábrica de transformación de atún, sino también el suministro de personal y equipamiento, así como la adquisición de embarcaciones de pesca. A pesar de que una parte del dinero fue transferida a Pesconor y a la sociedad vinculada Ecofibro Cemento, se alega que las fábricas prometidas nunca se construyeron. La investigación ha revelado que Ecofibro Cemento, también ligada a Rey Núñez, recibió más de 870 mil euros para construir una fábrica de embarcaciones de pesca artesanal en Bata, que tampoco se realizó.
Alberto Rey Núñez.
La detención de Rey Núñez y la incautación de 30 mil euros en efectivo, junto con cinco inmuebles valorados en más de 4,5 millones de euros y veintiún activos financieros por más de 2 millones, refleja la magnitud del presunto fraude. La operación ha sido apoyada por EUROPOL a través del Grupo Anticorrupción del Centro Europeo contra el Crimen Económico y Financiero (EFECC).
«La Policía Nacional ha confirmado que los fondos desviados se distribuyeron mediante transferencias nacionales, y se sospecha que están relacionados con altos cargos del gobierno guineano, lo que indica una posible red de corrupción internacional,» explica la jefatura Superior de Policía de Asturias en referencia al régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.
La investigación de Moncloa.com y Diario Rombe se basa en documentos filtrados en la filtración GQLeaks, que han puesto al descubierto la falta de transparencia y el abuso de poder en el desarrollo de proyectos en Guinea Ecuatorial. Alberto Rey Núñez, quien previamente defendió en un artículo la administración del presidente Obiang, ha estado en el centro de varias controversias debido a sus vínculos con el gobierno y sus empresas.
El caso no solo destaca el fraude y la corrupción dentro del proyecto de Annobón, donde las infraestructuras prometidas por el régimen ocupacional brillan por su ausencia, sino que también resalta las fallas de un gobierno dictatorial en Guinea Ecuatorial que permite y facilita tales prácticas corruptas.
«Este escándalo es una clara muestra de cómo la corrupción puede infiltrarse en proyectos internacionales y perjudicar tanto a los países en desarrollo como a las empresas involucradas,» concluye el informe. Con la figura de Obiang contra las cuerdas, la investigación continúa y se espera que el caso arroje más luz sobre la red de corrupción que vincula a empresarios internacionales con regímenes autoritarios.
«Lo dijimos desde un principio, en una isla sin infraestructura -sin agua, sin saneamiento y sin energía eléctrica-, una fábrica y conserva de atún es absolutamente inviable», señaló al respecto el Primer Ministro de la República de Annobón, Orlando Cartagena Lagar.