Orlando Cartagena Lagar fue entrevistado por Moisés Nvumba, de “La Voz de los Sin Voz”

Moisés Nvumba y Orlando Cartagena Lagar.

En una emotiva entrevista transmitida en Radio Macuto, a través de la cuenta de YouTube “La Voz de los Sin Voz”, Orlando Cartagena Lagar, líder del movimiento Ambô Legadu y Primer Ministro de la República de Annobón, compartió la desgarradora realidad que enfrenta el pueblo annobonés bajo el régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo. En una charla con el activista guineoecuatoriano, Moisés Nvumba, ofreció una visión profunda de la lucha por los derechos humanos y la supervivencia en una isla marcada por el abandono y la represión, volviendo a exigir la liberación de los treinta y siete annoboneses detenidos.

Orlando Cartagena, el menor de diez hermanos, creció en esta pequeña isla de pescadores que ha sido testigo de numerosas tragedias. A los 18 años, dejó la isla en busca de mejores oportunidades, pero su compromiso con su tierra natal nunca se desvaneció. El líder annobonésrememoró la epidemia de cólera de 1973, que se cobró la vida de su padre, su hermana y otros familiares. «Mi madre lloró durante más de quince años por esas pérdidas. Esta experiencia me dio la fuerza para luchar por el cambio en mi isla», expresó con visible emoción.

En ese marco, Cartagena denunció el abandono sistemático de Annobón por parte del gobierno de Guinea Ecuatorial. «Vivimos sin acceso a medicamentos, sin hospitales, y sin condiciones básicas para una vida digna. Durante la epidemia, ni siquiera teníamos madera para construir ataúdes», relató. Además, criticó la falta de representación annobonesa en puestos clave del gobierno ecuatoguineano, lo que subraya la marginación a la que han sido sometidos.

La situación en Annobón ha empeorado con la ocupación militar. Cartagena describió cómo cuatrocientos soldados jóvenes del grupo étnico Fang han sido enviados a la isla, resultando en una ola de violencia sexual. «Las menores de catorce y quince años son secuestradas y retenidas en campamentos militares», denunció. Este relato escalofriante incluye casos de brutal maltrato, como el de una niña que fue golpeada contra un árbol lleno de espinas.

A esta violencia se suma un intento deliberado de diluir la identidad annobonesa al mezclar a los soldados Fang con la población local. «Es una forma de obligar a las familias annobonesas a abandonar la isla», aseguró el dirigente de Ambô Legadu. Además, la destrucción ambiental provocada por SOMAGEC, que está dinamitando la isla en busca de piedras preciosas, ha arrasado viviendas y alterado el entorno natural. «El sistema se ha encargado de que pasemos hambre», lamentó.

A pesar de estas adversidades, Cartagena Lagar sigue comprometido con la lucha por los derechos de su pueblo y la inmediata necesidad de que el régimen libere a los treinta y siete annoboneses que resultaron presos por protestar contra el uso de dinamita en la isla. En ese marco, destacó que estos secuestros masivos están condenando a muchos niños que, mientras lloran por sus padres y madres, no podrán ir al colegio. Para el dirigente annobonés, esto debe tenerse en cuenta, ya que es el régimen ecuatoguineano el que secuestra, tortura y reprime al pueblo de Annobón, dejando abandonado y sin protección a muchos niños inocentes.

Por otro lado, contó que, como representante en el exilio, su objetivo es lograr la independencia de la República de Annobón. «Hemos comenzado esta lucha por nuestra dignidad y por el futuro de nuestra isla. No vamos a descansar hasta que Annobón sea un lugar donde la gente pueda vivir con dignidad», afirmó.

Cartagena también hizo un llamado a la comunidad internacional para que intervenga en la crisis de Annobón. La falta de apoyo y la represión sistemática han llevado a la isla a un punto crítico. «El pueblo de Annobón no tiene derecho a quejarse por defender su tierra», concluyó.

El testimonio de Orlando Cartagena Lagar revela un panorama desolador en Annobón, donde la combinación de violencia militar, destrucción ambiental y abandono gubernamental está llevando a la isla a un punto de no retorno. Este llamado urgente para la intervención internacional busca detener el sufrimiento de un pueblo que ha sido olvidado y marginado bajo el yugo de un régimen implacable.

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