El régimen de Guinea Ecuatorial retoma las detonaciones en Annobón mientras treinta y siete annoboneses continúan desaparecidos

El régimen de Guinea Ecuatorial ha reanudado el uso de explosivos en la República de Annobón, intensificando su actividad extractivista con increíble impunidad. Así surge de información de primera mano a la que tuvo acceso la redacción de Ambô Legadu, pues vale recordar que la isla permanece incomunicada, sin teléfono ni internet, desde hace más de un mes y medio.

Este nuevo episodio de destrucción en la isla ha generado una vez más un profundo malestar entre los habitantes, quienes ven cómo el material extraído es trasladado directamente a Malabo, sin que nada positivo surja para la comunidad local.

Mientras tanto, treinta y siete annoboneses, secuestrados por cuestionar las detonaciones masivas en la isla, continúan en paradero desconocido, sin haber sido formalmente condenados de ningún crimen. La dictadura de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo avanza con total impunidad, castigando al pueblo de Annobón y perpetuando un ataque sistemático contra la sostenibilidad de la isla y los derechos fundamentales de sus habitantes.

Las viviendas, algunas de las cuales ya estaban gravemente dañadas, han sufrido una destrucción aún mayor, dejando a muchas familias sin hogar y en un estado de indefensión total.

Vale recordar que, desde que se hizo público el uso indebido de dinamitas y la extracción clandestina de recursos del suelo en Annobón, el presidente de facto y su hijo Teodorín Nguema Obiang Mangue dieron la orden de continuar con las detonaciones en la isla, ya que es su último recurso para hacer frente al pago de las deudas que mantienen con la empresa fantasma SOMAGEC. Y para evitar las pruebas, también han concretado la sustracción masiva e ilegal de los teléfonos móviles entre todos los ciudadanos annoboneses, tanto en la isla como en Guinea Ecuatorial.

Se trata, sin dudas, de un claro acto de castigo colectivo y una afrenta directa a los derechos humanos. Es imperativo que los organismos internacionales, gobiernos y organizaciones de derechos humanos actúen con urgencia para detener este atropello y garantizar la seguridad y el bienestar del pueblo annobonés.

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