Un reciente artículo publicado por el reconocido medio portugués Expresso.pt cuestionó la inclusión de Guinea Ecuatorial en la Comunidad de Países de Habla Portuguesa (CPLP), a la luz de la continua represión y violencia que el régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo ejerce sobre otras etnias, particularmente en la isla de Annobón.
El texto señala que «la terrible represión de Obiang en Anobom, la pequeña isla que es el único vínculo de Guinea Ecuatorial con la lengua portuguesa», pone en duda la adecuación de Guinea Ecuatorial como miembro de la CPLP. Enfatiza además cómo las pocas infraestructuras existentes en el lugar, como el aeropuerto utilizado por los militares del régimen, «son de poca utilidad para la población local», que sufre de abandono y de graves problemas ambientales. En este sentido, al menos cuarenta y dos annoboneses fueron detenidos tras protestas contra los daños medioambientales provocados por una empresa minera vinculada a la familia de Obiang, en operaciones que han dejado huellas irreversibles en la isla y en su entorno.
Expresso.pt detalla que la violencia étnica en Guinea Ecuatorial, lejos de ser una novedad, es una herramienta de control social impuesta por una jerarquía racial que beneficia a la etnia Fang, dominante en la parte continental. Los Bubis, de la isla de Bioko, y los annoboneses «apenas son considerados seres humanos por el gobierno del país africano», afirma el artículo.
El artículo cuenta que la última gran represión tuvo lugar en el verano pasado, cuando cientos de annoboneses decidieron protestar, cansados de las “desgarradoras consecuencias de las explosiones llevadas a cabo por una empresa en los alrededores del pico Quioveo, para extraer minerales». Los annoboneses, desesperados por el impacto ambiental y social en su isla, buscaron elevar sus demandas ante las autoridades, encontrándose nuevamente con la represión y el silenciamiento de sus voces.
Este informe de Expresso.pt saca a la luz una realidad urgente y devastadora para los habitantes de Annobón y para la dignidad humana en Guinea Ecuatorial, y siembra preguntas sobre la pertinencia de que un régimen tan opresivo tenga cabida en una comunidad de naciones que promueve los derechos humanos, la lengua y los valores lusófonos.