En una entrevista realizada por Andrés Belguich para “Muros”, el Primer Ministro de la República de Annobón, Orlando Cartagena Lagar, se refirió al abandono sistemático, la represión y el genocidio silencioso que afecta a los isleños, quienes aún se sienten colonizados, no solo por la historia, sino por el propio régimen de Guinea Ecuatorial que conduce Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.
Una «independencia» impuesta
El problema, según explicó Cartagena Lagar, se remonta a la independencia misma de Guinea Ecuatorial. «El odio vino desde que a Guinea Ecuatorial se le dio una responsabilidad extra, no solo la de administrar su propio territorio, sino también de gestionar un pueblo a cuatro días de navegación que no lo había votado y con el cual no tiene ningún lazo ni empatía».
El funcionario considera que Annobón nunca fue descolonizado realmente: «La independencia fue para Río Muni. Nosotros creemos que Annobón sigue sin ser descolonizado. La descolonización debía consistir en reconocer la autodeterminación de cada pueblo que estaba bajo administración colonial, pero se nos juntó con un territorio que ni conocemos, ni tenemos conexión alguna”.
Aislamiento total y condiciones inhumanas
La situación en Annobón es desesperada. Las infraestructuras brillan por su ausencia, no hay telecomunicaciones, y los pocos recursos económicos que ha generado Guinea Ecuatorial a lo largo de su historia no han llegado a la isla. «Con el petróleo, la pesca y la madera, nunca han hecho nada por nosotros. Seguimos haciendo nuestras necesidades al aire libre y, ahora, con las detonaciones, el bosque se aleja más y más. Las abuelas tienen que caminar kilómetros en la noche para poder ir al baño. Esto es genocidio», denunció con dolor.
El abandono no solo es físico, también es cultural y emocional. «No nos sentimos parte de Guinea Ecuatorial. Es un país que tiene un programa especial para nosotros: hacer desaparecer al pueblo annobonés», asegura.
La represión y el genocidio silenciado
Lo que sucede en Annobón no es solo un abandono, es un genocidio encubierto. «La mayor parte de la población muere silenciosamente. Si te quedas en la isla, a tu hija la violan. Secuestran niñas de doce o trece años en los campamentos, y las violan durante semanas. Les destrozan la vida», relató indignado. La represión en la isla es brutal: «Hoy tener un móvil en Annobón es un delito. La gente vive en una prisión permanente. Nadie puede enviar fotos, ni tener contacto con el exterior», revela.
El aislamiento ha sido tal que ni siquiera la ayuda médica es suficiente. Un reciente accidente en el campo, producto de las dinamitas usadas para destruir las canteras, terminó en tragedia. «Una señora cayó al monte y murió aplastada por piedras. Esto es parte del genocidio. Han destruido la estructura de la isla», sostiene.
Militares en la isla: más represión que protección
Annobón no solo sufre el olvido, también la presencia de centenares de militares que no tienen nada que hacer allí, más allá de imponer el miedo. «¿Para qué necesitan cuatrocientos militares en la isla? No hay tiendas ni actividad comercial». En esa línea, según relató la autoridad annobonesa, lo único que hay en la isla es un chiringuito de 30 metros cuadrados, propiedad de un allegado del régimen que fue alquilado para almacenar comida para los delincuentes uniformados.
El genocidio parece inevitable para él. «¿Qué harían con la isla si el pueblo annobonés desapareciera? En 1988 hicieron contratos para arrojar productos tóxicos en nuestras aguas. Ballenas y tiburones flotaban muertos en nuestro mar. Las plantaciones se quemaron, y la población murió de hambre. Eso es lo que harían: destruir la isla», señala.
El silencio mediático: una complicidad global
Orlando Cartagena Lagar se pregunta, indignado, por qué el mundo guarda silencio frente a esta tragedia. «No entiendo por qué no se habla de esto. Se habla de guerras en cualquier parte del mundo, pero las barbaridades que pasan en Guinea Ecuatorial no salen en ningún medio. Durante los últimos días estábamos haciendo una manifestación frente al Congreso de los Diputados de España, y no salió en ninguna televisión», denuncia. Para él dirigente annobonés, es incomprensible que un pueblo que grita “¡Socorro!” a las puertas de España no reciba ninguna cobertura mediática.
El respeto cultural también es violado
No solo la vida y el sustento de los annoboneses están en peligro, sino también su cultura. Durante la festividad patronal del 13 de junio en Annobón, un militar continental protagonizó un incidente que el portavoz califica como «una humillación programada». «En medio de nuestra fiesta, un militar se desnudó por completo en una playa, delante de niños y niñas. Esto es una ofensa enorme a nuestra cultura. En Annobón, ni los padres se desnudan delante de sus hijos», relata.
Este acto, según el Primer Ministro, es una provocación directa del gobierno, parte de un programa de exterminio cultural. «El gobierno ha decidido invadir nuestro territorio y humillarnos. Todas las autoridades en Annobón son de la tribu Fang, las que están allí para denigrar a la población annobonesa. No podemos permitir este tipo de humillaciones. Esto es parte del genocidio, y no lo perdonaremos», advierte.
Annobón vive bajo un régimen de ocupación y exterminio, donde sus habitantes son humillados y asesinados de manera silenciosa. «Toda la estructura de poder en Annobón está diseñada para destruirnos. Desde el alcalde hasta los militares, todos son extranjeros para nosotros. El genocidio que están llevando a cabo no es solo físico, también es cultural y moral», concluye con una condena rotunda.