El artista Clemente Menejal Pelayo llevó el Caso Annobón al Barcelona Art and Rights: “Hoy no puedo ir a la isla por militar su liberación”

El artista annobonés Clemente Menejal Pelayo participó del encuentro Barcelona Art and Rights, una iniciativa internacional que fusiona arte y activismo en defensa de los derechos humanos que, para esta ocasión, contó con el respaldo de Raizes, Global Campus of Human Rights, Open Cultural Center, Refugees Welcome, Asociación Humanitaria Contra la Ablación de la Mujer Africana (AHCAMA) y Utopía 46. En el panel titulado “Arte y Libertad”, Pelayo compartió escenario con Lavrenty Repin, cofundador del colectivo Hihiripipir, y Yanis Lammari, director de la organización Youth ID.

El flyer del evento, con la hazaña del Kindjadja, dibujada por el propio Pelayo.

Pelayo abrió su intervención presentando el flyer del evento, una ilustración de su autoría que retrata una de las páginas más heroicas y tremendas de la historia de Annobón: la epopeya del Kindjadja. Con escasos recursos y navegando sin garantías, aquel gesto fue un acto de pura resistencia y de supervivencia frente al olvido del régimen neocolonial de Guinea Ecuatorial.

Pero la exposición pronto viró hacia la crudeza del presente. “Annobón está ahora en una situación bastante precaria, bastante peligrosa”, denunció Pelayo. “No tenemos libertad de expresión, no tenemos libertad de movimiento. En Annobón no hay libertad”, dijo, describiendo un día cualquiera en la isla: salir al campo, recolectar malanga, ir a pescar… para luego ser obligado por los militares a entregar el pescado. “Y si te niegas, te encarcelan”.

El artista rememoró el intento fallido de diálogo con el régimen de Malabo en 2021. «Intentamos llegar a un acuerdo para poder gestionar nuestros recursos. Queríamos hacer de Annobón un lugar con libertades. El gobierno no respondió. Por eso, cumpliendo los tiempos que marca la ley, hemos declarado la independencia unilateral de la República de Annobón y buscamos hoy el reconocimiento”.

En un pasaje especialmente emotivo, Pelayo confesó que hoy no puede regresar a su tierra. “Estoy aquí presentando el arte y presentando a Annobón, porque el proyecto de una Annobón libre es un proyecto mundial. Hoy por hoy, por militar en el movimiento de liberación, no puedo poner un pie en mi isla”.

Durante el diálogo con el público, el artista destacó que no se trata de huir de sus países, sino de transformar la realidad desde dentro. “Nos han vendido Europa como el paraíso, pero uno lleva a su país en el alma. Por eso el arte debe servir para unir culturas, para luchar contra las fronteras y usar la educación como herramienta de dignidad”.

Barcelona Art and Rights, con su espíritu transnacional, volvió a demostrar que el arte puede ser más que denuncia: puede ser también una brújula hacia la libertad.

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