Recientemente, el Consejo Distrital del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) realizó una serie de visitas a las localidades de Anghandji, Mábana y Awal, en la isla de Annobón, con el supuesto objetivo de promover la convivencia y el patriotismo. Sin embargo, las imágenes difundidas por el propio régimen revelan una realidad muy diferente.
Estas comunidades están sumidas en la miseria, con sus habitantes sobreviviendo en chabolas de chapas viejas bajo un intenso calor. El estado de abandono es evidente y la pobreza es palpable en cada rincón. Es evidente que, para los habitantes de Annobón, las promesas de progreso del régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo son solo palabras vacías. Por ello, no es de extrañar que los annoboneses pidan a sus representantes del PDGE que dejen de mentir y enfrenten el verdadero problema: un régimen que los está matando lentamente.
Las visitas del PDGE a estas localidades fueron encabezadas por Eduardo Mejía, un aliado cercano de Armengol Ondo Nguema, hermano del dictador, y por Victoriano Manel Quintana, conocido en la isla como Mene Babuya. La reputación de Quintana es cuestionable, marcada por un historial de corrupción, traición y delitos graves, incluidos abusos contra mujeres y menores. Quintana, conocido en Annobón por coaccionar a mujeres mediante el uso de medicamentos del dispensario local, es un ejemplo claro del tipo de personajes que el régimen mantiene en posiciones de poder. El PDGE ha demostrado que sigue manteniendo en sus filas a personajes de dudosa moralidad.

La conexión familiar de Quintana, en particular su relación con el fallecido Ciriaco Tamarite Burgos, un colaborador cercano de Obiang, ha sido crucial para su permanencia en el sistema, a pesar de su escasa formación. Estas conexiones familiares y el nepotismo característico del régimen han permitido que personas como Quintana mantengan su poder, mientras el pueblo sufre las consecuencias.
Presentadas como iniciativas de sensibilización, estas visitas del PDGE tienen en realidad un objetivo mucho más siniestro: manipular y consolidar el control sobre la isla. A través de la distribución de recursos como pescado, Quintana ha logrado mantenerse dentro del partido, reflejando la estrategia de intercambio de favores y nepotismo que caracteriza al régimen.
Durante estas visitas, los representantes del PDGE intentaron desacreditar a los annoboneses en la diáspora, acusándolos de no preocuparse por el bienestar del pueblo. Este discurso vacío tiene como fin reforzar la lealtad al presidente Obiang, quien ha gobernado durante 45 años pero ha visitado la isla en solo tres ocasiones, sin impulsar ningún desarrollo significativo.
El PDGE ha tratado de distraer a la población destacando proyectos de infraestructura como el puerto y el aeropuerto, ambos fracasos desde su inicio debido a una ejecución deficiente. Estas obras, mal gestionadas, no han generado el desarrollo económico ni social prometido, dejando a la población aún más descontenta. Su único uso ha tenido que ver con objetivos militares.
A pesar de los 56 años de independencia de Guinea Ecuatorial y más de 45 años bajo el régimen de Obiang, Annobón sigue sin electricidad, agua potable y servicios de sanidad adecuados, obligando a la población a hacer sus necesidades al aire libre, lo que pone en peligro la salud pública. Las declaraciones de lealtad de los seguidores locales del PDGE, como el primer teniente de alcalde y la alcaldesa, son parte de una campaña de propaganda que busca minimizar el creciente descontento en la isla. No obstante, las expresiones de la población durante las reuniones reflejan un profundo malestar y desconfianza hacia el partido y el régimen.
La resistencia del pueblo de Annobón sigue siendo fuerte y la situación en la isla es cada vez más tensa. Las recientes acciones del Consejo Distrital no han hecho más que exacerbar el descontento. El verdadero propósito de estas visitas es reforzar la lealtad al régimen y desviar la atención de los problemas reales que enfrenta la comunidad, como la represión, la falta de desarrollo y la corrupción endémica.
Es crucial que la comunidad internacional esté atenta a estos intentos de manipulación y apoye a los ciudadanos de Annobón en su lucha por la justicia y la libertad. El descontento en la isla sigue creciendo, y estas tácticas solo sirven para profundizar la desconfianza y la resistencia contra un sistema que prioriza los intereses de unos pocos sobre el bienestar de la mayoría.