Este año marca el aniversario número 45 desde que Teodoro Obiang Nguema Mbasogo llegó al poder en Guinea Ecuatorial, consolidando así su posición como uno de los líderes más longevos del continente africano. Aunque su ascenso al poder estuvo marcado por un golpe de estado contra su tío, Francisco Macías Nguema, desde entonces ha mantenido un control férreo sobre el país.
Aunque en sus primeros años en el poder se vislumbraron esperanzas de apertura política y desarrollo, la realidad actual muestra un panorama muy distinto. El régimen de Obiang se ha caracterizado por su control total sobre las instituciones estatales, incluyendo el sistema judicial y los medios de comunicación. A pesar de las elecciones periódicas que tienen lugar en el país, la falta de transparencia y las acusaciones de irregularidades han generado escepticismo tanto a nivel nacional como internacional.
Su hijo, Teodorín Nguema Obiang, ha estado en el centro de múltiples escándalos de corrupción, siendo investigado en varios países por presunto lavado de dinero y malversación de fondos públicos. Aunque las acusaciones han sido persistentes a lo largo de los años, la familia Obiang ha logrado mantener su control sobre los recursos clave del país, especialmente en el sector petrolero, maderero y pesquero, destacando la pesca de atunes de la isla de Annobón a través de la empresa privada de la hija de Obiang registrada en Japón.
La situación genera honda preocupación tanto entre los ciudadanos guineanos como en la comunidad internacional y, sobre todo, los pueblos bajo dominación guineana, como los annoboneses y los bubis (pertenecientes a los territorios de Annobón y de Fernando Poo, respectivamente), que malviven en Guinea Ecuatorial marginados y apartados del poder y de la economía.
El manejo de la información por parte del gobierno de Obiang ha sido objeto de críticas constantes por parte de organizaciones de derechos humanos y medios independientes. El acceso a internet y las redes sociales ha sido restringido en múltiples ocasiones durante periodos electorales y protestas, lo que ha generado preocupación sobre la libertad de expresión en el país.
A nivel internacional, las relaciones de Obiang con diferentes gobiernos han sido objeto de debate y controversia. Mientras algunos líderes políticos han buscado mantener lazos diplomáticos con Guinea Ecuatorial por razones económicas y estratégicas, otros han condenado públicamente las prácticas autoritarias y los abusos de derechos humanos en su territorio.
A medida que Guinea Ecuatorial se enfrenta a desafíos económicos y sociales, incluyendo la distribución desigual de la riqueza y la falta de oportunidades para la mayoría de la población, la pregunta sobre el futuro político del país bajo el liderazgo de Obiang sigue siendo una preocupación tanto para los ciudadanos guineanos como para la comunidad internacional.