En 2021, el gobierno de Guinea Ecuatorial, encabezado por el dictador Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, llevó a cabo un acto de hostigamiento político y económico contra Annobón que aún resuena en la memoria colectiva de la comunidad. Este episodio, que involucra al empresario francés Raimon Jatop, es un claro ejemplo del desprecio del régimen hacia el desarrollo de la isla y la constante opresión que sufren los annoboneses desde la creación del fallido proyecto político llamado Guinea Ecuatorial.
La promesa de prosperidad y el bloqueo del régimen
Raimon Jatop llegó a Annobón en 1984 con la esperanza de establecer su empresa en la isla, motivado por los relatos de su amigo Manuel Castillo Barril, un héroe de la independencia ecuatoguineana y víctima del régimen de Francisco Macías Nguema. Jatop trajo consigo materiales de construcción, herramientas, alimentos, ropa y hasta ganado, con la intención de mejorar la calidad de vida de los annoboneses. Sin embargo, su esfuerzo y generosidad fueron en vano.
Tras obtener los permisos necesarios en Malabo, Jatop se encontró con la negativa del presidente Obiang, quien ordenó que el empresario no volviera a Annobón y lo expulsó del país. Pero el verdadero golpe vendría después: Obiang envió al teniente Jaime Obama Owono Nchama, conocido como «Mil Fuegos», a saquear todo lo que Jatop había llevado a Annobón. Con un buque militar, “Mil Fuegos” y sus soldados robaron desde herramientas hasta alimentos, dejando a la isla despojada y desamparada.
Este acto de pillaje, realizado bajo la supervisión de «Mil Fuegos», no solo despojó a Annobón de recursos vitales, sino que también humilló al pueblo, obligando a los annoboneses a cargar los bienes robados bajo la amenaza de armas de fuego. Lo que debía ser un impulso económico para la isla se convirtió en un recordatorio del desprecio del régimen hacia Annobón y su gente.
La necesidad de independencia
Este incidente es una prueba más de que Guinea Ecuatorial no solo no aporta nada a Annobón, sino que activamente bloquea cualquier intento de desarrollo. A lo largo de los años, el régimen ha demostrado ser un verdugo implacable para la isla, condenándola a la miseria y al aislamiento. La historia de Raimon Jatop y su empresa es solo uno de los muchos ejemplos de cómo Annobón ha sido pisoteada, violada y vejada por los sucesivos gobiernos de Guinea Ecuatorial.
Es por ello que, hoy más que nunca, se hace urgente y necesaria la independencia de Annobón. Solo así se podrán proteger sus recursos, fomentar su desarrollo y garantizar un futuro digno para las próximas generaciones de annoboneses. La comunidad internacional debe conocer estos hechos y apoyar la lucha del pueblo por la libertad y la justicia.