El Primer Ministro Orlando Cartagena Lagar encabezó la delegación annobonesa junto a la ciudadana Paulina Laurel Muñoz, quien fue la responsable de exponer el emotivo discurso oficial ante representantes de pueblos sin representación de todo el mundo.
Durante la tarde de ayer, la República de Annobón participó activamente de la conferencia anual de la Organización de Naciones y Pueblos No Representados (UNPO), celebrada en la ciudad de Funchal, en el archipiélago portugués de Madeira. El evento tuvo lugar en el hotel Quinta Palmeira, ubicado en una zona alta y residencial de la capital —desde donde se contempla gran parte de la ciudad—, rodeado de jardines, palmeras y con fácil acceso para turistas.

Orlando Cartagena Lagar junto a la titular de la UNPO, Rubina Greenwood.
En representación del pueblo annobonés, el Primer Ministro Orlando Cartagena Lagar asistió a la apertura oficial y compartió espacios con la presidenta de la UNPO, Rubina Greenwood, así como con delegaciones de diversas naciones africanas y otros pueblos no representados del mundo.
La voz de Annobón estuvo a cargo de Paulina Laurel Muñoz, compañera annobonesa residente en el exterior, quien pronunció un discurso que conmovió a los presentes y expuso la grave situación que vive la isla. A continuación, reproducimos de manera textual el mensaje leído en español durante el acto:
Annobón: La autodeterminación silenciada en el corazón del Atlántico Sur. Distinguidos miembros de la UNPO, delegadas y delegados.
Hablo en nombre de un pueblo al que el mundo ha olvidado: Annobón. Una pequeña isla africana, marginada, explotada, invisibilizada. Colonizada por Portugal, transferida como una mercancía a España, y hoy atrapada en una estructura estatal que niega nuestra voz, nuestra lengua, nuestra dignidad.
No somos una minoría: somos un pueblo. Con identidad, con historia, con derecho a decidir. Lo que sufrimos no es solo abandono, es una forma moderna de neocolonialismo que niega nuestra participación, distorsiona nuestra cultura y nos relega al silencio.
En este segundo año como miembros de la UNPO, no venimos a pedir caridad, venimos a exigir justicia histórica. La descolonización no terminó con las banderas europeas: continúa hoy en nuestros cuerpos, en nuestras islas, en nuestras lenguas.
Como ustedes saben, la causa de Annobón no es única. Como nosotros, muchos pueblos africanos siguen atrapados en estructuras impuestas, en sistemas políticos que no reconocen su diversidad, ni su derecho a decidir su destino. Lo que nos une no es solo el dolor, sino la esperanza activa de una justicia pendiente.
Por eso, desde Annobón proponemos que la UNPO se convierta en el marco para un espacio permanente de diálogo entre las naciones africanas aquí representadas. Un foro donde podamos compartir nuestras luchas, coordinar nuestras estrategias y consolidar una voz colectiva frente al mundo.
Porque la autodeterminación no es un privilegio: es un derecho. Y cuando ese derecho se niega sistemáticamente a los pueblos del sur global, debemos organizarnos, escucharnos y apoyarnos entre nosotros.
Creemos que, unidos, podemos abrir caminos allí donde nos los cierran. Podemos articular soluciones comunes a problemas compartidos: desde la represión política hasta la pérdida de nuestras lenguas, desde la explotación de nuestros territorios hasta la invisibilización internacional.
Annobón extiende su mano fraterna a todas las delegaciones africanas presentes. Soñamos con un continente en el que ningún pueblo tenga que suplicar por reconocimiento, ni defender su existencia con miedo.
Como dijo Aimé Césaire, “no hay dignidad sin memoria”. Nosotros venimos a restaurar la nuestra.
Ambo Legadu, Ambo Legadu, Ambo Legadu.