.El régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo ha vuelto a instrumentalizar una celebración religiosa del pueblo annobonés con fines puramente propagandísticos. En esta ocasión, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) ha aprovechado la fiesta de San Antonio de Padua -patrono de la República de Annobón– para montar un espectáculo político, obligando a la población a participar bajo coacciones e intimidaciones.
San Antonio de Padua, también conocido en Annobón como San Antonio de Palé, es una figura venerada profundamente por la comunidad insular. Sin embargo, el régimen pretende convertir esta festividad religiosa en un acto de propaganda, exigiendo a los ciudadanos que vistan indumentarias del PDGE y simulen una adhesión que no existe.
“Nos han dicho que tenemos que salir, ponernos camisetas del partido, aplaudir, bailar… Todo para las cámaras”, denunció un joven local. Y lamentó: “Es una humillación. No estamos celebrando, estamos siendo utilizados”.
Los actos serán grabados y editados, como de costumbre, para ser difundidos como prueba de una supuesta “unidad nacional” y “apoyo popular” al régimen neocolonial de Guinea Ecuatorial. Detrás de estas imágenes artificiales se oculta la verdadera situación de la isla: pobreza extrema, represión cultural, abandono institucional y un aislamiento comunicacional.
Annobón permanece aislada del mundo, sin acceso libre a internet ni medios independientes, como parte de una estrategia sistemática del régimen para impedir que la población se informe, se comunique o denuncie lo que está ocurriendo. La represión va más allá de lo físico: es también informativa y simbólica.
Mientras el PDGE celebra su puesta en escena, el pueblo de Annobón continúa sufriendo en silencio. No hay verdadera fiesta cuando se obliga a participar. No hay celebración cuando se reprime la fe para imponer propaganda. Y no hay paz mientras la voz de un pueblo sea silenciada a cambio de una fotografía artificial.