Los días 20 y 21 de junio se celebró en Madrid la Conferencia por la Paz y contra el Rearme, un encuentro internacional organizado en la sede de Comisiones Obreras (CCOO), que reunió a activistas, representantes políticos y organizaciones sociales de todo el mundo. Allí, entre paneles que abordaron el conflicto de Medio Oriente, las guerras en África, el rol de la OTAN y las alternativas a la seguridad militarizada, la República de Annobón tuvo una presencia destacada.
El Primer Ministro del Gobierno, Orlando Cartagena Lagar, fue invitado a tomar la palabra en uno de los paneles centrales, donde lanzó una denuncia contundente contra el régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo en Guinea Ecuatorial y la militarización de la isla de Annobón.
“Hoy alzamos la voz contra el rearme, porque la violencia militar nunca trae paz: trae sometimiento, desigualdad y destrucción”, afirmó Cartagena Lagar al abrir su intervención.
Desde el escenario madrileño, el dirigente annobonés denunció las condiciones de vida extremas que enfrenta su pueblo, sometido a un cerco militar, sin acceso a derechos básicos como agua potable o atención médica. “Allí no hay hospitales ni agua potable, pero sí hay soldados, prisiones secretas y torturas. La militarización no protege: oprime. No defiende: domina”, remarcó el Primer Ministro.
En un discurso cargado de emoción y claridad política, el representante de Annobón describió la situación en la isla como una forma de “limpieza étnica encubierta, sostenida por el miedo y por el silencio internacional” y acusó al Estado de Guinea Ecuatorial de utilizar el aparato militar “para controlar, castigar y exterminar lentamente al pueblo annobonés”.
La intervención concluyó con un llamado firme a la solidaridad internacional: “No al rearme. No a la militarización de los pueblos. No a la represión de Annobón. La paz no se construye con armas, se construye con justicia. ¡Annobón resiste, y no está solo!”.
La participación annobonesa en la Conferencia por la Paz se dio en el marco del panel “Guerras y conflictos en África”, pero el mensaje resonó en toda la jornada. En tiempos donde la militarización avanza y los pueblos del sur global resisten, la voz de Annobón logró hacerse oír. Y su mensaje fue claro: ni silencio, ni sumisión. La paz, si es verdadera, debe incluir justicia para los más olvidados.