El negocio privado de Teodorín disfrazado de desarrollo nacional: Las falsas inauguraciones en Annobón

La Fábrica de Atún que no produce atún.

Mientras Guinea Ecuatorial atraviesa una profunda crisis económica, el régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo y su hijo Teodoro Nguema Obiang Mangue (“Teodorín”) insiste en proyectar una imagen de progreso mediante inauguraciones simbólicas y obras inacabadas.

La más reciente de estas maniobras propagandísticas es la anunciada “inminente inauguración” de la fábrica de atún de Annobón, divulgada por el portal oficialista Ahora EG el 10 de noviembre de 2025.
El proyecto, sin embargo, lleva años siendo pospuesto, con fechas de apertura que cambian cada temporada según la conveniencia del régimen.

La llamada “fábrica de atún” de Annobón no es un caso aislado, sino parte de un patrón de falsas inauguraciones con el que el régimen busca aparentar progreso donde solo hay abandono. Al igual que la renovación de la Iglesia Católica de Annobón, un templo que data de la época colonial pero que ha sido anunciado e inaugurado en varias ocasiones como si se tratara de una obra nueva, también el cable submarino de fibra óptica ACE, que ya fue oficialmente inaugurado, sigue apareciendo en los medios oficiales como una “obra pendiente” para una próxima inauguración.

En los tres casos —la iglesia, el cable y la fábrica— las ceremonias han sido meramente propagandísticas, sin repercusión real en la vida de la población.

El cable no ha mejorado el acceso a internet ni las comunicaciones; la iglesia se utiliza como escaparate simbólico; y la fábrica continúa cerrada, con fechas de apertura que cambian cada año. Mientras tanto, Annobón sigue sumida en un apagón informativo impuesto desde julio de 2024, que mantiene a sus habitantes aislados del resto del país y del mundo.

Annobón: escaparate de propaganda y saqueo

Annobón se ha convertido en el escenario favorito de los montajes mediáticos del régimen.
Cada visita de altos funcionarios viene acompañada de promesas de desarrollo, discursos grandilocuentes y fotografías frente a maquinaria detenida. Pero detrás de las cámaras, la realidad es otra: La isla sigue sin electricidad estable, sin agua potable, sin hospital operativo, sin saneamiento ni escuelas completas, y sin conexión a internet a pesar del cable submarino que cruza sus costas.

Desde Ambô Legadu venimos documentando esta práctica de “progreso ficticio”, donde los actos inaugurales sirven para simular gestión y encubrir el abandono institucional.

“Las inauguraciones de Obiang nunca se convierten en realidad.
Son escenarios de propaganda y control, no de desarrollo”.

(Ambô Legadu, agosto de 2025)

Un Estado en quiebra y un negocio familiar

El régimen se sostiene sobre una economía agotada. El propio Obiang reconoció recientemente la quiebra de facto del Estado, una situación confirmada por varios organismos internacionales. Tras décadas de corrupción y despilfarro, Guinea Ecuatorial carece de liquidez y de capacidad real de inversión.

En este contexto, los dirigentes recurren a anunciar los mismos proyectos año tras año para fingir dinamismo, mientras los recursos naturales son desviados hacia negocios familiares.

La industria pesquera —y en particular el atún de Annobón— se ha transformado en un negocio privado controlado por Teodorín, quien maneja las licencias de pesca, las embarcaciones y las exportaciones. Los barcos operan en aguas annobonesas, pero los beneficios no llegan ni a la población ni al presupuesto nacional.

“Ni Annobón ni Guinea Ecuatorial verán beneficio alguno. Pronto dirán que no hay luz, que
se dañó el motor o que los empleados no cobran. Es el mismo guion de siempre”,

denunció un portavoz del Gobierno Annobonés en el exilio.

El libreto del fracaso: excusas y silencio

Como de costumbre pronto el régimen repetirá las mismas justificaciones ante la falta de resultados y buscar a nuevos culpables por “falta de luz para operar”, porque «el generador se averió», «faltan repuestos o combustible», o porque «no han pagado a los empleados que llevan meses sin cobrar», etcétera, etcétera..

Estas excusas encubren un modelo de corrupción estructural en el que nada funciona, pero todo se anuncia. El dinero público desaparece, las obras se abandonan y las promesas se reciclan en comunicados oficiales. Mientras tanto, Annobón sigue aislada y censurada, sin medios de comunicación ni conexión digital.

Un pueblo que no se rinde

Pese a la manipulación y el abandono, el pueblo annobonés mantiene viva su dignidad y su conciencia.
Sabe que ninguna de estas inauguraciones busca su bienestar, sino perpetuar un sistema de saqueo y dominación.

Annobón continúa exigiendo su derecho a decidir su propio destino, a gestionar sus recursos y a vivir en libertad.

Annobón no se rinde.

La verdad y la soberanía son las únicas obras que el régimen nunca podrá inaugurar.

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