El polémico presidente de SOMAGEC, Roger Sahyoun (Foto: Afrimag).
En una declaración que genera más preguntas que respuestas, el presidente de la empresa SOMAGEC, Roger Sahyoun, aseguró que su empresa sigue operando en Annobón pese a que el régimen de Guinea Ecuatorial “tiene problemas para pagar”. Lo dijo en una entrevista con El Periódico de España, en la que también minimizó las denuncias por contaminación, extractivismo y represión en la isla, contradiciendo las denuncias de medios y organizaciones ecologistas de todo el mundo. La frase, que en otro contexto parecería un gesto de altruismo empresarial, contrasta con la realidad sobre el terreno: detonaciones diarias, carga de materiales en barcos sin control civil y una población annobonesa marginada y acosada por protestar.
Sahyoun, empresario marroquí de origen palestino y fundador de la Sociedad del Magreb para la Ingeniería Civil (SOMAGEC), se ha hecho rico con megaproyectos en Marruecos y el África Occidental. Su firma ha ejecutado obras por más de 2.000 millones de euros solo en Guinea Ecuatorial, incluyendo puertos, carreteras, depuradoras y aeropuertos. Pero en la isla de Annobón, la situación es distinta. Según sus propias palabras, siguen adelante con obras públicas “aunque el gobierno no tenga dinero para pagar”.

La afirmación no pasó desapercibida. Annobón es hoy un territorio totalmente militarizado e incomunicado, donde los únicos vuelos que llegan son de aviones del régimen y donde las explosiones con dinamita han afectado gravemente al entorno natural y destruido viviendas. A pesar de que se prometió un desarrollo sostenible, lo que se impone es la lógica del extractivismo sin rendición de cuentas.
“Llevan a cabo explosiones con dinamita para extraer minerales para el régimen”, denunció al medio español el Primer Ministro, Orlando Cartagena Lagar. “No sabemos qué se están llevando. A los pocos annoboneses que trabajan en la empresa les hacen terminar el turno a las 2.00 de la tarde, pero luego siguen operando. Después llega el barco y cargan camiones y camiones de piedra”.
Frente a eso, Sahyoun exhibe fotos de obras que hace añares prometen inaugurar y nunca se terminan. También aseguran que construirán -supuestamente sin costo y por mero acto de amor al prójimo- ocho pozos de agua. La contradicción es clara: una empresa multinacional afirma seguir operando gratuitamente en un enclave estratégico, con una cantera abierta, obras en curso y cargamentos minerales que nadie supervisa.
¿Hay algo que presidente de SOMAGEC no está diciendo?
El propio Sahyoun deja caer la pista: “Nosotros estamos contratados por el Estado para hacer el trabajo que nos piden. No entramos en política”. Pero lo cierto es que el trabajo que les piden sigue adelante, y la política -o la represión- la sufre el pueblo annobonés, que ha sido secuestrado, desplazado y silenciado cuando intenta oponerse a las detonaciones y a la destrucción ambiental.

Obiang condecorando al polémico presidente de SOMAGEC, Roger Sahyoun.
«Si tienen problemas políticos, no me metan. O cojo todo y me voy de aquí”, amenaza Sahyoun, desestimando las denuncias como “tonterías” y calificando a los annoboneses de “gente muy pobre” que “levanta casas chapuceras pegadas a la cantera”. Sus expresiones parecieran dar a entender que, con su presencia en la isla, SOMAGEC le hace un favor al pueblo, y la realidad indica que está muy lejos de ser así.
El conflicto se profundiza ante las exigencias del vicepresidente del régimen ecuatoguineano, Teodorín Nguema Obiang, quien asegura haber obligado a Sahyoun a finalizar las obras imponiendo como fecha de entrega el 5 de junio.
Las palabras cómplices del empresario, que se presenta como benefactor mientras explota una isla incomunicada y sometida mediante la violencia, pintan un cuadro preocupante: una empresa extranjera que actúa sin control civil, un régimen que no paga y un pueblo que no tiene derecho a preguntar qué se llevan de su tierra.