La barcaza llegó a Annobón en otra tortuosa travesía

La llegada mensual de la barcaza a la República de Annobón en el Golfo de Guinea, aunque esperada con ansias, trae consigo una odisea para sus habitantes. Este vínculo con el exterior se convierte en una prueba extenuante para los annoboneses, quienes enfrentan condiciones infrahumanas durante el viaje desde la capital de Guinea Ecuatorial.

El último viaje, que duró cuatro días y llegó recién hoy, estuvo marcado por tragedias y desafíos. Desde el inicio, una sombra de tragedia se cernió sobre la travesía cuando, quince minutos después de la partida, una mujer Fang falleció, obligando al barco a regresar al puerto de Malabo. A pesar de la presencia de autoridades y familiares durante casi medio día, el cuerpo fue trasladado a Bata, en la región continental, prolongando el sufrimiento de los annoboneses que viajaban en condiciones extremas.

El viaje en sí mismo es un calvario para los pasajeros. En un barco sin camarotes, agua ni acceso a una ducha, los annoboneses enfrentan días sin comida ni condiciones mínimas de higiene. Para colmo, en Bata se les negó el acceso a tiendas locales, obligándolos a sobrevivir con lo poco que llevaban consigo, lo que se ve agravado por las altas temperaturas que aceleran la descomposición de los alimentos. Tras esta espera, se enfrentaron a tres largos días en el mar rumbo a Annobón.

La llegada a la isla tampoco estuvo exenta de complicaciones. Aunque rápidamente se permitió el desembarque de las familias Fang, pronto se prohibió a los annoboneses bajar a tierra hasta que llegara el gobernador, quien ejerce un control opresivo sobre la población. La situación se tornó aún más tensa cuando se exigió la inspección minuciosa de las pertenencias de los annoboneses en busca de un teléfono móvil perdido, que solo fue una excusa para evidenciar el abuso de poder y discriminación hacia la comunidad local.

Estos eventos son solo una muestra del sufrimiento continuo que enfrentan los annoboneses en su lucha por la supervivencia y la autonomía. A pesar de los desafíos, la comunidad annobonesa sigue resistiendo, enraizada en su historia de lucha por la independencia y la dignidad. El viaje mensual, más que un simple medio de transporte, se convierte en un símbolo de opresión y resistencia para una isla que ansía una vida digna y sostenible en su propio territorio.

La ocupación colonial de los Pamue – Fang persiste, con el estado y el gobierno de Guinea Ecuatorial acelerando un programa de exterminio contra el pueblo de Annobón, bajo el liderazgo del dictador Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, quien ya lleva cuarenta y cinco años de agresión y discriminación contra los isleños.

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