El medio internacional «Vice» ha acuñado el término «kleptobrats» para referirse a los hijos de dictadores y oligarcas que, lejos de buscar el bien común, se enfocan en enriquecerse a sí mismos. A raíz de ello, Mujer Hoy publicó un interesante artículo, bajo la firma de Marita Alonso, en el que refiere como uno de los ejemplos más destacados de esta tendencia a Teodoro Nguema Obiang Mangue, conocido como Teodorín, hijo del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, quien es considerado el dictador más longevo del mundo.
Teodorín ha ganado notoriedad por su estilo de vida ostentoso y su manejo imprudente de los recursos. A pesar de las condenas públicas sobre los problemas estructurales en su país, ha exhibido en redes sociales su ático de lujo en el Mark Hotel de Nueva York, donde pagó 75 mil dólares por noche. Además, se le ha vinculado con gastos extravagantes, como la adquisición de reliquias de Michael Jackson por 3 millones de dólares.
Estos excesos han llamado la atención de la Justicia internacional, enfrentándose a causas por corrupción y lavado de dinero que lo han obligado a pagar cuantiosas multas. Países como Francia, Reino Unido, Suiza y Brasil han investigado y condenado a Teodorín por estas prácticas.
La Coalición contra la Cleptocracia ha denunciado estos comportamientos, destacando cómo los excesos de las élites privan a los ciudadanos de servicios públicos esenciales. La iniciativa Open Central Africa (OCA) busca exponer estas historias para concienciar sobre los impactos negativos de la cleptocracia en el desarrollo y bienestar de las sociedades afectadas. Mientras tanto, la dictadura de Guinea Ecuatorial mantiene un embargo total contra la población de la isla de Annobón, que vive en la absoluta miseria e inseguridad.