El partido Convergencia para la Democracia Social (CPDS) se plegó al reclamo del Gobierno de la República de Annobón y denunció las arbitrariedades cometidas por el régimen de Guinea Ecuatorial: tras la reciente excarcelación masiva de presos políticos y detenidos sin condena, las autoridades deportaron forzosamente a decenas de annoboneses liberados hacia la isla de Annobón, sin respetar su derecho a residir donde vivían antes de ser secuestrados y deportados a las cárceles del interior de Río Muni, sin juicio ni condena, donde a pan y agua los matan lentamente.
“Los annoboneses fueron detenidos en Annobón, Malabo y Bata, donde residían. Sin embargo, tras ser liberados, todos fueron deportados a Annobón”, expresó el CPDS en su nota oficial, fechada el 20 de junio de 2025.
Durante las últimas horas, el Gobierno de la República de Annobón manifestó que esta acción representa una continuidad en la política sistemática de represión y control territorial del régimen neocolonial de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, que ha convertido a Annobón en el Gulag a cielo abierto más grande del planeta, donde solo hay castigo, aislamiento y tortura. “Deportarlos a Annobón es llevarles enfermos a morir sin asistencia sanitaria, lejos de los focos de las cámaras, de los medios de comunicación y al destierro a una muerte lenta y segura. Es ocultar se extrema delgadez, su estado de enfermos terminales”.
En esa sintonía, el CPDS subrayó que este hecho constituye una gravísima violación de los derechos humanos, ya que vulnera artículos fundamentales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos, y de la propia Ley Fundamental de Guinea Ecuatorial. Todos estos marcos normativos garantizan la libertad de circulación y la elección libre del lugar de residencia.
“Este vergonzoso hecho (…) es una violación flagrante del derecho de cada ciudadano a residir libremente en cualquier parte del territorio nacional”, manifestó la Comisión Ejecutiva del CPDS.
Desde Annobón explicaron que la comunidad internacional debe comprender que este tipo de medidas no son simples errores administrativos ni irregularidades aisladas: son parte de un patrón de castigo colectivo, intimidación y asfixia política contra un pueblo históricamente discriminado que lucha por su autodeterminación.
Mientras el régimen intenta silenciar la resistencia annobonesa con prisión, exilio forzoso o manipulación territorial, la voz del pueblo no se apaga. La deportación masiva de liberados a la isla –donde no hay hospitales, ni libertad de prensa, ni servicios básicos pero sí una fuerte presencia militar– no es un gesto humanitario, sino una estrategia de aislamiento y desmovilización.