El 1 de octubre de 1777 marca una fecha significativa en la historia de la República de Annobón, la isla ubicada al sur de Santo Tomé y Príncipe que pasó de manos portuguesas a españolas como resultado del Tratado de San Ildefonso. Este acuerdo internacional no solo afectó a los territorios africanos, sino que también reconfiguró los dominios europeos en América del Sur.
El Tratado de San Ildefonso fue parte de una serie de acuerdos que buscaban poner fin a las tensiones y conflictos coloniales entre España y Portugal, las dos principales potencias ibéricas que llevaban siglos de competencia por el control de territorios en el Atlántico y otras partes del mundo.

Para 1777, ambos reinos deseaban estabilizar sus dominios y resolver disputas territoriales. En este marco, se llegó a un acuerdo que implicaba una serie de intercambios de territorios clave:
- Portugal cedía a España la Colonia del Sacramento y la Isla San Gabriel, ubicadas en el actual Uruguay, y las islas de Annobón y Fernando Poo en África.
- A cambio, España entregaba a Portugal la Isla Santa Catalina, situada en la costa atlántica del actual Brasil.
Annobón: Un cambio de soberanía
Annobón, conocida por su estratégica ubicación en el Atlántico ecuatorial, había sido inicialmente colonizada por los portugueses en el siglo XV. Sin embargo, con la firma del tratado, la soberanía de la isla pasó formalmente a manos de España. Junto con Fernando Poo, estas islas africanas se convertirían en importantes posesiones españolas en la región, integrándose más tarde y en forma forzosa a lo que sería conocida como Guinea Española, hoy Guinea Ecuatorial, la fuerza de ocupación colonial subsidiaria con la que los annoboneses jamás mantuvieron ningún tipo de vinculación.
Este cambio de soberanía marcó el inicio de una nueva fase para los habitantes de Annobón, donde comenzaron a resonar los primeros intentos de constituirse como república soberana. Aunque la presencia española en la isla fue limitada en los primeros años, el impacto del dominio español se sentiría de manera progresiva. La isla, de origen volcánico y con una geografía escarpada, se mantuvo relativamente aislada e independiente, pero su control formaba parte del interés de España por consolidar su influencia en la región africana.
Repercusiones más amplias del tratado
El Tratado de San Ildefonso también tuvo implicaciones importantes en Sudamérica. La Colonia del Sacramento, ubicada en lo que hoy es Uruguay, era un foco de conflicto entre España y Portugal debido a su ubicación estratégica cerca del Río de la Plata. Al cederla a España, Portugal renunciaba a uno de los últimos enclaves que le quedaban en el cono sur, lo que permitió a España consolidar su dominio sobre el territorio que ahora forma parte de Argentina y Uruguay.
Por otro lado, la Isla de Santa Catalina pasó a formar parte de Brasil, entonces colonia portuguesa, consolidando la influencia lusa en la costa atlántica sudamericana.
Annobón en la actualidad
Hoy en día, Annobón se ha proclamado como una República Independiente, tomando distancia del régimen que Obiang sostienen en Guinea Ecuatorial desde hace 45 años. Su historia está marcada por los cambios de soberanía que vivió a lo largo de los siglos. La isla sigue siendo un lugar de importancia estratégica en la región y un símbolo de las complejas relaciones coloniales que dominaron gran parte de África y América en la época de los imperios europeos.
La firma del Tratado de San Ildefonso es un recordatorio de cómo los destinos de territorios lejanos, como Annobón, fueron moldeados por las ambiciones y acuerdos de potencias extranjeras. A más de dos siglos de este evento, la memoria de este cambio de dominio sigue siendo una parte crucial de la identidad histórica de Annobón.
El 1 de octubre de 1777 no solo fue un día de intercambios territoriales, sino también un momento en el que Annobón se convirtió en un peón más en el ajedrez colonial. Si bien el control portugués cedió ante el poderío español, las repercusiones de estos movimientos han dejado huellas que perduran en la historia moderna de la dictadura guineoecuatoriana y en la propia isla de Annobón.