Por Orlando Cartagena Lagar
El problema del reparto del poder en Guinea Ecuatorial se agrava por concentración en solo un grupo étnico, que justifica su dominio por razones numéricas. Sin embargo, la historia ha demostrado que tanto las mayorías como las minorías pueden gobernar de forma injusta, cuando se antepone el interés propio a los principios de equidad y justicia. La verdadera solución radica en que cada pueblo se autogestione, promoviendo su desarrollo cultural, político y económico sin interferencias externas ni dominación interna.
En el caso de Annobón, tras décadas de inclusión forzada en el contexto de Guinea Ecuatorial, la independencia se ha convertido en la única vía viable para su supervivencia. La incapacidad del régimen guineano para respetar los derechos fundamentales de los annoboneses ha llevado a una situación de represión sistemática, abandono, discriminación étnica y corrupción sin límites. Este trato ha generado desconfianza, exclusión y una grave crisis humanitaria, con hambre generalizada y una creciente sensación de desesperanza. Como resultado, el sentimiento independentista ha arraigado profundamente en la población de Annobón, hasta volverse irreversible.
Además, la política de establecer un estado monoétnico, dominado por el grupo Fang, ha exacerbado las tensiones. Este proyecto se refleja en la ocupación de la isla por familias Fang subvencionadas por el régimen, y en la alarmante práctica de enviar soldados y delincuentes a Annobón para desestabilizar la isla y fomentar la procreación forzada con jóvenes annobonesas. Estas medidas, destinadas a diluir la identidad cultural de Annobón y asimilarla a la mayoría étnica, constituyen una agresión brutal que ha forzado a muchos annoboneses a abandonar su tierra, bajo la amenaza de perder su herencia cultural y su dignidad.
La colaboración del colectivo Fang, procedente no solo de Guinea Ecuatorial, sino también de países vecinos como Camerún y Gabón, en este proceso de eliminación cultural y étnica, refleja un intento de consolidar un estado monoétnico que margina a otros pueblos. Ante este escenario de dominación y exterminio progresivo, la independencia de Annobón es más urgente que nunca. Solo con la salida de este contexto de opresión forzada, Annobón podrá aspirar a un futuro de libertad y desarrollo autónomo, liberándose del neocolonialismo interno que pretende silenciar su identidad.