Annobón: El Senado de la Provincia de Buenos Aires manifestó su “preocupación” y reconoció su “derecho a la autodeterminación”

Senado de la Provincia de Buenos Aires.

La iniciativa, presentada por Adrián Santarelli y aprobada por el cuerpo esta semana, marca un posicionamiento firme en favor del pueblo annobonés, cuya situación viene siendo denunciada por organizaciones internacionales de derechos humanos y por la propia comunidad en el exilio.

Un repaso histórico que llega al presente

El proyecto aprobado incluye un recorrido por los antecedentes coloniales e institucionales que explican el actual escenario humanitario. Entre los pasajes más contundentes, se encuentra la referencia al abandono crónico de la isla por parte del régimen ecuatoguineano: “El abandono y aislamiento de su población desde 1968 por parte del gobierno central de Guinea Ecuatorial ha derivado en la actual crisis sanitaria, con la población infantil como la más afectada”.

La declaración también recuerda episodios de extrema gravedad a lo largo del siglo XX, como la ausencia total de asistencia durante las epidemias de cólera y sarampión de 1973 y 1974, así como la deportación forzada de hombres annoboneses: “La represión y deportación forzada, ante cualquier intento de solicitud de ayuda internacional, de todos los hombres annoboneses a la isla de Fernando Poo […] con la consecuente vulnerabilidad de mujeres y niños a los abusos de toda índole”.

Denuncia de militarización, censura e incomunicación

El texto también incorpora denuncias recientes sobre el incremento del personal militar y la imposición de un silencio informativo absoluto sobre Annobón. Una frase resulta especialmente alarmante: “El aumento del personal militar y la incomunicación forzada de la isla, en el marco de múltiples amenazas si no se renuncia al apoyo al Movimiento de Liberación de Annobón ‘Ambô Legadu’”.

Además, menciona el contrato impulsado por el gobierno central para transformar la isla en “un vertedero de residuos tóxicos y nucleares”, una iniciativa ampliamente rechazada por la comunidad annobonesa y organizaciones medioambientales.

Reconocimiento explícito al proceso de autodeterminación

La declaración reconoce también el camino institucional emprendido por Annobón: “En 2021 se sentaron las bases para la declaración unilateral de independencia y […] se estableció un gobierno autónomo que incluyó la creación de un comité constitucional y la redacción de una constitución para la futura República”.

Una declaración que rompe el silencio

La aprobación del proyecto constituye un respaldo institucional de enorme trascendencia en un momento en que el pueblo annobonés lucha por sobrevivir a una necropolítica implacable que administra la vida y la muerte de sus habitantes, imponiendo un genocidio lento que avanza sin estridencias pero con una devastación constante y calculada.

En Annobón, la vida se ve amenazada cada día por un ecocidio que devora la isla, un terrorismo medioambiental que dinamita montes y hogares, torturas, secuestros, violaciones contra mujeres y niñas, deportaciones forzadas, hambruna y una falta absoluta de infraestructuras básicas: sin escuelas, sin agua potable, sin saneamiento, sin atención médica, sin telecomunicaciones. Todo ello acompañado de una incomunicación forzada que aísla a la población del resto del mundo.

A ello se suma una de las expresiones más crueles de violencia estatal: una ingeniería poblacional destinada a alterar la composición demográfica, diluir la identidad colectiva y quebrar la continuidad histórica del pueblo annobonés.

Esta violencia no es accidental: es el método. Es la estrategia con la que el régimen de Guinea Ecuatorial, liderado por Teodoro Obiang Nguema Mbasogo y su hijo Teodorín Nguema Obiang Mangue, busca someter a Annobón: destruyendo su territorio, negándole los medios esenciales para vivir con dignidad, desmantelando su tejido social y avanzando deliberadamente hacia la aniquilación de la identidad annobonesa.

Cada árbol arrancado, cada cantera que se abre, cada familia separada, cada niño sin agua ni educación, cada voz silenciada forma parte de un mismo proyecto de desposesión y borrado cultural.

Un acto de humanidad frente a quienes intentan extinguirla

Por eso, esta aprobación es, en sí misma, una afirmación de humanidad frente a quienes intentan extinguirla. Es una señal clara de que el mundo empieza a mirar hacia una isla a la que han querido condenar al silencio, pero que sigue defendiendo, con dignidad, memoria y coraje, su derecho a existir.

Annobón resiste. Y el mundo, por fin, comienza a escucharla

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