La capital española fue hoy escenario de una movilización protagonizada por la comunidad annobonesa en el exilio, que salió a las calles para exigir justicia, soberanía y el fin de las violaciones sistemáticas de derechos humanos en la isla de Annobón. La manifestación, convocada bajo el lema “Annobón levanta el remo”, recorrió puntos clave del poder político español e interpeló directamente a las autoridades del Estado, rompiendo el cerco de silencio que rodea la grave crisis humanitaria que sufre la isla bajo el régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo.
La jornada comenzó a las 10.00 de la mañana frente al Ministerio del Interior y avanzó hacia el Congreso de los Diputados, en una marcha cargada de dignidad, emoción y firmeza. Manifestantes marcharon con pancartas que reclamaban una “Descolonización pendiente” y exigían “Justicia y soberanía para Annobón”. También se exhibieron fotografías e información de los 38 annoboneses secuestrados por el régimen, con sus nombres y rostros impresos, visibilizando una tragedia que hasta hoy permanece tan silenciada como impune.
El reclamo fue contundente: España debe asumir su responsabilidad histórica, política y moral ante un pueblo que fue entregado, sin consulta ni garantías, a una dictadura que ha convertido la isla en una prisión a cielo abierto.

Durante la manifestación se escucharon testimonios estremecedores: familias separadas, jóvenes desaparecidos, mujeres y niñas sometidas a violencia sexual en cuarteles militares, y una población entera privada de electricidad, servicios básicos, comunicaciones y libertad. La militarización absoluta del territorio y la censura total impuesta por el régimen buscan borrar del mapa la existencia misma del pueblo annobonés.

El símbolo que unificó el reclamo fue el del remo alzado, gesto ancestral de auxilio en alta mar entre los annoboneses. Hoy, ese signo de socorro resonó con fuerza en pleno centro de Madrid. “Cuando un niño pasa hambre, llora hasta que se le va la voz. Hoy, Madrid fue la voz de esos niños. Hoy levantamos el remo para que el mundo despierte”, expresó Orlando Cartagena Lagar durante el acto.
La marcha de hoy no fue solo una denuncia: fue también un acto de memoria, resistencia y esperanza. La comunidad annobonesa en el exilio reafirmó su compromiso con la verdad, la libertad y la justicia, y dejó claro que la lucha continuará en cada rincón donde haya una voz dispuesta a romper el silencio.